23 de agosto de 2014

La inmigración de indocumentados colombianos hacia Venezuela...Para abrir el debate

Tomado de Aporrea.org

Por:  


Colombia a lo largo de su historia ha sido gobernada por una clase social, política y económica dominante, la cual ha usufructuado la fuerza de trabajo de millones de colombianos, se ha apropiado de las tierras y de las riquezas del subsuelo, creando grandes desigualdades sociales. De hecho, el país neogranadino es la tercera nación más desigual del globo terráqueo, y la segunda del continente americano después de Brasil. (Ñustes, N; 2010. P. 51, 52)
Su pobreza extrema, sumada a la violencia, el terrorismo de Estado, el narco-paramilitarismo, la entrega de su soberanía a los Estados Unidos, la penetración de transnacionales, entre otros, conllevó a que un sector de la sociedad empuñara las armas contra el estamento. Por ello desde el siglo pasado, la sociedad colombiana vive una guerra civil que le ha costado miles de muertos. El fenómeno de la violencia por parte de Estado y la persecución de los sectores críticos, progresistas y revolucionarios, ha conllevado a que miles de colombianos se vean obligados a salir de su territorio. Comprendemos la situación de los desplazados quienes han sido víctimas de la violencia del estado mafioso, criminal y narco-paramilitar colombiano contra campesinos y sectores progresistas.
No así, cuestionamos y nos oponemos a quienes ingresan a nuestro país en condiciones distintas. Venezuela por estar unida geográficamente a la tierra del traidor Santander, ha sido víctima del fenómeno de la diáspora de millones de ciudadanos de la vecina república quienes pasando por los caminos verdes y con la complicidad y anuencia de algunos efectivos militares corruptos y políticos traficantes de votos, facilitan su ingreso de forma ilegal a nuestro país, trayendo consigo un conjunto de problemas que trasladan a la sociedad venezolana: delincuencia, secuestro express, transculturización, escuadrones de la muerte, estafas, narcotráfico, sicariato, contrabando, pobreza, buhonerismo, prostitución, marginalidad, fuga de divisas, invasiones, colapso de los servicios públicos, colapso de hospitales, irrespeto a las normas de convivencia, entre otros. Un gran número de ellos vinculados de forma directa o indirecta con organizaciones paramilitares.
Nos oponemos por una razón elemental, ni Venezuela ni ninguna nación del globo terráqueo puede llevar a cuesta la carga social de otro país, mucho menos poner en riesgo su Seguridad y Defensa Nacional. El estado colombiano evade su responsabilidad para con sus connacionales, empujando de forma intencional a las poblaciones deprimidas, marginadas y excluidas hacia sus países vecinos, siendo el nuestro el más perjudicado por esta invasión silenciosa, masiva y planificada. Para el representante permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), en su intervención ante este organismo, el 22 de julio de 2010, afirmaba que en Venezuela vivían más de cuatro millones de colombianos. (Chaderton, R; 2010: P. 16)
De esa fecha hasta la presente, la inmigración se ha duplicado, según algunos expertos en la materia. Para el historiador Carlos González, en entrevista concedida a quien suscribe el presente artículo, destacó que en la actualidad conviven en Venezuela cerca de 9 millones de neogranadinos. Afirma el destacado investigador que el grueso de esa inmigración obedece al Plan Patriota, antiguo Plan Colombia, el cual se propone entre otras cosas propiciar una invasión silenciosa que responda a los intereses del gobierno neogranadino, estableciendo un ejército paramilitar para ocupar nuestro país, desestabilizar, generar caos y dar al traste al proyecto político que inició el presidente Hugo Chávez. Señala que con el gobierno de Álvaro Uribe se materializó la siembra de paramilitares colombianos en distintas ciudades del país, incluyendo los barrios de Caracas. Destaca el historiador que la mayoría de los residentes colombianos en el país son Uribistas y aún cuando han sido beneficiados por el Gobierno Nacional se oponen al proyecto bolivariano, respondiendo a las directrices del plan invasor. (González, C; 2013, Entrevistas).
Si bien es cierto lo planteado por el profesor Carlos González de la invasión silenciosa paramilitar, no es menos cierto que parte de esa inmigración, se genera por personas que se vienen seducidos por todos los beneficios dados de forma irresponsable por el gobierno bolivariano a todos sus conciudadanos radicados acá, quitándoles a muchos venezolanos los beneficios que por derecho y por lucha social e histórica le corresponden. Esa irresponsabilidad puede ser considerada de traición a la patria por quienes desde alto y medio gobierno facilitan a indocumentados dichos beneficios en desmedro de los venezolanos, poniendo en riesgo nuestros derechos y soberanía. No nos oponemos a los neogranadinos que tienen muchos años viviendo en Venezuela. Sería interesante conocer las estadísticas de ciudadanos colombianos beneficiados por la Misión Vivienda Venezuela.
Me comentaba un dirigente comunitario de Catia, que en el complejo habitacional Valle Abajo I, ubicado en Gramoven, el 70% de las viviendas fueron asignadas a colombianos con poco tiempo en el país. Esto no ocurre en ningún país del mundo. Recientemente, el pasado jueves 9 de enero, se realizó una protesta por parte de un grupo de venezolanos quienes cuestionaban y repudiaban la asignación de viviendas a extranjeros. Ellos por el contrario no han sido beneficiados, viven alquilados o en casa de algún familiar generando incomodidad y hacinamiento. (Noticiero Venevisión, Emisión Estelar, 9/01/2014)
Esa invasión silenciosa obedece a una estrategia del Estado colombiano de diluir a la sociedad venezolana con su presencia masiva en todo el territorio, ocupando principalmente aquellas regiones donde subyacen recursos mineros y petroleros. No en vano los estados Táchira, Zulia, Carabobo Miranda y Bolívar son las provincias donde hay mayor presencia neogranadina en el país. Por supuesto incluyendo a Caracas, sede de los poderes centrales. Nos preguntamos, ¿Qué pasa con los organismos de seguridad del Estado y con los dirigentes políticos nuestros que no se pronuncian ante esta invasión alarmante? Integración no es igual a invasión. Ni siquiera durante el gobierno del pro-colombiano y asesino Carlos Andrés Pérez hubo una inmigración tan desproporcionada.
El proyecto de la burguesía colombiana siempre ha apetecido los recursos naturales de Venezuela (Petróleo, minerales, gas, etc). Ese planteamiento está claramente expresado en distintas publicaciones del Instituto de Altos Estudios de la Defensa de Colombia (IAEDC) y otras instituciones académicas donde abordan la temática de la invasión silenciosa de colombianos hacia Venezuela. Gloria Gaitán, hija del dirigente neogranadino Jorge Eliecer Gaitán, viajo a Venezuela en el año 2004 para denunciar que Uribe preparaba una invasión a Venezuela por el estado Zulia. (Ñustes, N; 2010. P. 20,21)
Privan a sus ciudadanos de los derechos más elementales como la salud, educación, trabajo, alimentación, etc, por el contrario, en la tierra de Bolívar, no sólo se les recibe sino que además se les reivindica garantizándoles derechos que en su país de origen le fueron negados. Roy Chaderton Matos, lo expresa en estos términos “se fueron a Venezuela por el infortunio de no poder vivir en su país”. (Chaderton, R; 2010, P. 16)
Observamos con desparpajo, asombro y molestia la actitud indigna de muchísimos colombianos quienes se expresan tan mal del país que los acogió y los hizo ciudadanos, que les sació el hambre, les dio trabajo, educación, seguridad social y la estabilidad que nunca tuvieron en su tierra. Condenamos esa actitud traidora, deplorable, ruin y mal agradecida de estas personas que no merecen vivir en la tierra de Guaicaipuro. Por fortuna no son todos quienes asumen esa posición despreciable, existen ciudadanos colombianos agradecidos y conscientes que han reconocido ser bien acogidos en esta tierra y han mejorado sus condiciones de vida.
La situación es tan deplorable que Nelson Ñustes activista de los Derechos Humanos de nacionalidad colombiana condena esa actitud de sus connacionales. Al respecto, señala en su libroInvasión y Colaboracionismo, lo siguiente “una cantidad alarmante de colombianos que inmigran a Venezuela y Ecuador son personas vampirizadas que contaminan a la población local con sus aprendidos discursos contrarrevolucionarios y delincuenciales”. Añade en esa misma obra, que en su recorrido por Venezuela, en el año 2008, conoció decenas de colombianos mientras se transportaba en buses intermunicipales, observando que muchos de los que habían ingresado al país ilegalmente pese a que habían sido detectados por la Guardia Nacional, eran tratados con respeto, estos mismos colombianos arremetían contra el gobierno venezolano, nación que les permitió permanecer aún en forma ilegal en el país. (Ñustes, N; 2010, P.52).
Por si fuera poco, señala en la página 27 del texto citado que “a todo esto se suma la gran desventaja que para los actuales procesos en Ecuador y Venezuela significa tener de vecino al principal exportador de delincuentes del mundo, de donde han egresado los mejores pupilos de las Escuelas de las Américas, las escuelas mercenarias israelíes y las escuelas de criminales de Schwarzenegger y compañía: La Colombia Uribista. (Ñustes, N; 2010. P. 27)
Es por ello que desde esta trinchera le hacemos un llamado a la sociedad venezolana a exigir a las autoridades nacionales el control del flujo migratorio de indocumentados que no sólo traen una carga social a nuestro país, sino que vulneran la estabilidad del proceso político venezolano. Así mismo, exigimos a los organismos de inteligencia desmantelar y aniquilar las estructuras de los paracos enquistados en los 4 puntos cardinales de la nación; y a los colectivos sociales, políticos, y culturales de los barrios, urbanizaciones y campos, estar alerta ante la presencia de irregulares. Por nuestra parte, nos solidarizamos con los desplazados del país vecino que presentan una situación diferente y requieren de nuestro apoyo y de nuestras mejores voluntades.
Bibliografía
-.Chaderton Matos, Roy. Venezuela rompe con Colombia, publicaciones del Ministerio de Comunicación e Información (MinCI),2010. P. 58.
-.González, Carlos, Entrevista en la Universidad Bolivariana de Venezuela, Octubre 2013.
-.Noticiero Estelar de Venevisión, Caracas, 9 de enero de 2014.
-.Ñustes, Nelson. Invasión y Colaboracionismo. Fundación Editorial El Perro y la Rana. Colección Alfredo Maneiro. Serie Cuestiones Geopolíticas, Caracas, 2010. P. 132.

2 comentarios:

  1. Anónimo11:00 a.m.

    Este escrito dice solo lo negativo de la migracion de colombianos a Venezuela mas no de lo positivo, se observa xenofobia por parte del escritor.

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  2. Anónimo7:49 a.m.

    se despide emerzon mi correo es
    kamilopinzon71@gmail.com
    mi numero es 04263785565 les pido ayuda con mi caso

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