Fue todo un periplo: en avión desde Caracas hasta Maracaibo, en taxi
de allí a Cúcuta y, finalmente, en avión hasta Bogotá. Ese fue el
recorrido que tuvo que realizar Alejandra Piña, junto a su pareja y a
sus dos hijos pequeños, para viajar a Colombia, donde el mes pasado
iniciaron una nueva vida. “Nuestro tránsito por Cúcuta realmente no fue
por gusto, simplemente fue imposible conseguir pasajes aéreos desde
Caracas a Bogotá y las pocas opciones eran excesivamente caras”, apunta
esta arquitecta en referencia a la crisis de billetes aéreos que vive
Venezuela.
Pese a que en los últimos años desarrolló una exitosa
carrera en el sector comercial como gerente nacional de una importante
transnacional de la moda, Piña decidió dejarlo todo para instalarse en
Colombia. “Los años 2009 y 2010 fueron relativamente estables en la
relación sueldo-calidad de vida y aún se cumplían mis expectativas, pero
a partir del primer trimestre de 2011 la situación de inflación e
inseguridad se sentía cada vez más. La primera vez que realmente comenzó
a pasar por mi mente la idea de irnos, fue por la situación de escasez y
los actos de violencia en la calle con la muerte de los estudiantes
entre los meses de febrero y mayo de este año. La escasez fue crucial,
pues de nada me servía tener un buen trabajo si no conseguía los
alimentos para mis hijos y, cuando los encontraba, eran cada vez más
costosos”, comenta.
Había muchas razones que hacían de Bogotá un
destino atractivo: su padre y su madre viven allí desde hace unos seis
años cuando él —un gerente despedido de Pdvsa durante el paro de 2003—
consiguió trabajo en una empresa petrolera en Colombia, su hermano menor
acababa de irse a fundar una pequeña empresa y ella consiguió una
oferta laboral en una importante cadena de tiendas de capital foráneo.
Piña y su familia son parte de un creciente grupo de venezolanos que
están optando por mudarse a Colombia, una tendencia que surgió a
comienzos del gobierno de Hugo Chávez, en 1999. Según datos del censo
general de 2005, en el período 1996-2000 emigraron a tierras colombianas
726, mientras que en el lapso 2001-2005 esta cifra se incrementó a
2.039.
El estudio Perfil Migratorio de Colombia 2010 arroja
números más reveladores al señalar que, de acuerdo con las estimaciones
bilaterales de inmigrantes en Colombia, para el año 2000 había 7.135
venezolanos, mientras que para 2005 esa cifra ya llegaba a 50.033. Las
estadísticas de Migración Colombia reportan que los venezolanos
encabezan la lista de solicitantes de cédulas de extranjería durante el
período 2012-2014, con un total de 24.047.
Los últimos dos años,
durante los cuales ha estado al frente del país Nicolás Maduro, el
fenómeno se ha disparado. De acuerdo con cifras consolidadas de
Migración Colombia, sólo en 2013 el número de venezolanos con cédulas de
extranjería aumentó en 15.510 hasta ubicarse en un total de 56.262, lo
que equivale a un incremento de 38% en un año. Entre enero y julio de
2014 sus peticiones alcanzaron a 6.536, para un promedio mensual de 933,
lo que representa casi 20% del total de documentos emitidos a foráneos.
La
tendencia luce imparable. Sólo el consulado de Colombia en Caracas, uno
de los 15 existentes en el país, emitió entre enero y agosto de este
año 2.794 visas, número que triplica el de las que fueron emitidas por
esa instancia durante el mismo lapso de 2013 para casos de estudio,
negocios y trabajo, según información reseñada por el diario venezolano
El Universal.
De igual modo, entre enero de 2012 y julio de 2014
el balance entre entradas y salidas de venezolanos a Colombia arroja un
saldo migratorio positivo de 29.597 personas. Esta cifra cuadruplica la
de los ecuatorianos y ubica a Venezuela a la cabeza de los países cuyos
ciudadanos se quedan a vivir en tierras colombianas.
El sociólogo
Tomás Páez, coordinador del primer estudio global sobre la comunidad de
venezolanos en el exterior, indica que desde que en las décadas de 1970 y
1980 se produjo una enorme migración de colombianos hacia Venezuela, se
estableció entre ambos países una relación muy fluida y compleja que
hace muy difícil establecer el número preciso de venezolanos que residen
en Colombia. Recuerda que para el gobierno colombiano aquellos que
gozan de doble ciudadanía son nacionales, por lo que podría haber un
subregistro en la cifra de venezolanos residentes.
De acuerdo con
esta investigación, se estima que entre 4% y 6% de la población
venezolana ya vive fuera del país. Se trata principalmente de personas
con elevados niveles de formación: 90% tiene educación universitaria,
40% ha cursado maestrías y 12% cuenta con estudios doctorales y
posdoctorales. Según datos registrados por la revista Directo Bogotá, en
Facebook se encuentran más de 40 grupos y páginas de venezolanos en
Colombia. Datos de Proexport revelan que las inversiones venezolanas en
el país aumentaron 261% en el año 2013.
Tomás Páez indica que
aunque la decisión de emigrar es personal, los resultados de su estudio
reflejan que la salida de venezolanos se ha visto motivada por tres
factores: la inseguridad jurídica y personal, la falta de libertades y
la crisis económica. Estos tres elementos se conjugaron en 2007 para
impulsar a Yeniter Poleo a emigrar a Bogotá, ciudad de la que se había
enamorado dos años antes, durante un viaje de turismo.
“Me parecía
una ciudad amable, con una vida cultural como la que yo deseaba para
Caracas”, comenta esta periodista venezolana al explicar su decisión. “A
comienzos de 2007, cuando nacionalizaron CANTV, tuve la primera idea
concreta de irme. En febrero estatizaron la empresa de electricidad y me
angustié al ver que todas las promesas restrictivas que hacía el
gobierno se estaban cumpliendo. Fue una suma de cosas. Me habían
atracado y sentía la paranoia de que me robaran el carro o dentro del
carro, me desconcertaba la polarización política entre los afectos, pero
sobre todo sentía que lo público se había entrometido en nuestras vidas
privadas: la imagen del líder (Chávez) estaba en todas las paredes, sus
palabras estaban en todas nuestras conversaciones. Entonces mi
imaginación catastrófica detonó el proceso: imaginé que un día cerrarían
las fronteras como en Cuba y el no saber si yo tendría la voluntad para
ser balsera me espantó. Para remate, en marzo cerraron el semanario
donde trabajaba, así que todo pareció bastante claro”.
Sin
pensarlo demasiado, Poleo vendió lo que tenía y se aventuró en Colombia.
“Estructuré un proyecto editorial de contenidos digitales y un proyecto
literario personal, y en esos me embarqué sin tener vínculo profesional
alguno”, explica.
Bogotá es, con amplia ventaja, el principal
destino escogido por los venezolanos en el momento de viajar a Colombia,
allí recalan más de 50%. Uno de ellos, José Francisco Muguessa, se
instaló hace cinco años cuando decidió abandonar Caracas, aunque en su
caso pesaron razones familiares, pues su esposa es colombiana. Aunque en
los planes originales de este ingeniero de sistemas estaba replicar en
Colombia una empresa de internet que tenía en Venezuela, la suerte o el
destino le condujeron por caminos inesperados y terminó instalando una
fábrica de quesos venezolanos.
“Yo no hice un estudio de mercado.
Yo quería comerme mi queso y suponía que todos los venezolanos estarían
igual”, explica sobre el origen de la idea que derivó en los productos
Roraima, lácteos que actualmente se comercializan en los supermercados
Carulla y Jumbo.
“Nosotros tuvimos un primer golpe de suerte
cuando participamos en una feria de gastronomía y el comprador de la
cadena Éxito se acercó a nuestro estand, probó el queso y nos dijo que
lo quería”, apunta Muguessa, quien destaca la buena recepción que sus
productos han tenido. “El negocio en este momento ya tiene sentido
económico. Siento que levito cuando algún cliente me expresa
reconocimiento. La mayor parte son colombianos”.
Cifras de
Migración Colombia resaltan que en 2013 un total de 7.337 venezolanos
viajaron a Colombia para hacer negocios, mientras que 4.134 lo hicieron
por motivos de estudio o capacitación. El sociólogo Tomás Páez refiere
que, más allá del numeroso grupo de trabajadores petroleros, muchos de
los venezolanos que han emigrado a Colombia son inversionistas o
trabajadores de distintas áreas con una experiencia profesional
consolidada. “Se trata de gente que está invirtiendo, que está creando
empresas y riqueza en otras partes”, señala el experto.
Según una
encuesta realizada en junio por la consultora Datanálisis, 10% de los
venezolanos tiene intenciones de irse del país y ha realizado al menos
un trámite con miras a marchar al extranjero. Se trata de un máximo
histórico, pues incluso en las crisis políticas y económicas más graves,
como las registradas entre 2002 y 2004, esa cifra nunca había sido
superior a 4%. Todo parece indicar que Colombia puede esperar que en el
futuro próximo muchos más venezolanos la escojan como patria adoptiva.
No será gratuito. Más allá de la seguridad personal y de una economía en
crecimiento que ofrece oportunidades, quienes han apostado por Colombia
han recibido una buena acogida por parte de la población. Como lo
atestigua Muguessa: “El pueblo colombiano nos ha aceptado mejor que a
unos hermanos”.
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