21 de diciembre de 2015

Colombia merece vivir en un ambiente de paz



Aunque aún falta, lo pactado la semana pasada entre el Gobierno y las Farc es un paso histórico que, de concretarse en un acuerdo definitivo, tendrá profundo impacto no solo en Colombia, sino en el resto de la región. Eso, al menos, es lo que piensa Luis Almagro, el uruguayo que se desempeña como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde este verano.

En entrevista con EL TIEMPO, Almagro dice entender a quienes aún se oponen al proceso de paz, pero sugiere que el Gobierno “no puede estancarse ante quienes se aferran al pasado”.

¿Qué opina del acuerdo alcanzado la semana entre las Farc y el Gobierno sobre víctimas y justicia transicional? 

El acuerdo es un nuevo paso histórico. Para la OEA, este acuerdo apunta a resolver uno de los temas fundamentales de cualquier proceso de paz y permitirá a la sociedad colombiana contar con un sistema jurídico creado como parte del proceso de paz.

De las negociaciones que se estaban llevando a cabo, esta era la más compleja y la que tenía que encontrar soluciones más innovadoras a la hora de refrendar principios que son esenciales: memoria, verdad, justicia y no repetición.

Este punto implica crear una de las máximas condiciones para construir la paz, porque solo con acceso a los derechos de encontrar la verdad, justicia, reparación, y en especial la no repetición, las víctimas y la sociedad podrán sanar las heridas de la violencia y la guerra. De hecho, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (Mapp) de la OEA, presente en el país desde el 2004, y directamente desde la Secretaría General, resaltamos en numerosas ocasiones la importancia de que el proceso contase con la participación de las víctimas, se garantizase su inclusión y la de sus organizaciones, tanto en la implementación de este acuerdo como en la toma de decisiones respecto de la verdad, la justicia y la reparación en el proceso de paz.

Uno de los puntos más polémicos es el que establece que aquellos responsables de graves delitos de guerra y de lesa humanidad no pagarán con una pena de cárcel. Ante eso, ¿cree que el acuerdo sobrevivirá el escrutinio internacional de la Corte IDH o la Corte Penal Internacional? 

No me gusta hablar en términos especulativos. Si se llega a una instancia como la que se plantea, serán esas instancias las que tendrán que tomar una decisión. Colombia es un país de gran apego y respeto por el derecho internacional.

El acuerdo logrado en La Habana busca reivindicar a quienes han sido afectados por el conflicto, haciendo énfasis en la verdad y los derechos humanos de esas víctimas, y es lo que todas las instancias a nivel nacional e internacional esperamos que se haga, resarcir y reparar.

¿Qué les diría a las voces que aún rechazan el proceso de paz? 

Es lógico y legítimo que algunos aún se sientan agraviados. Es muy difícil poder atender y responder a las inquietudes de todos en todo momento. El Gobierno colombiano está enfocado en el bienestar de la mayoría de los colombianos y no puede estancarse ante quienes se aferran al pasado. Lo central es la paz, es el derecho de todos de tener una vida libre, sin miedos, sin ataduras, sin conflictos.

Siempre habrá voces de rechazo. De hecho son necesarias. Son ellas las que van a ayudar a perfeccionar el proceso, siempre y cuando estén dentro del marco del respecto y de la crítica constructiva. Al fin y al cabo todos tienen la mira en el mismo objetivo: la paz. Y además habrá un referéndum donde se podrán expresar las diferentes opiniones.

Colombia tiene el conflicto civil más antiguo del continente y sus ciudadanos merecen, como todos, vivir en un ambiente de paz. Es bueno para Colombia y el hemisferio.

¿Cómo ve a la OEA participando en un posconflicto en Colombia? 

La OEA es el único organismo multilateral con un mandato para trabajar en la verificación y acompañamiento de los acuerdos de paz en Colombia. Tenemos una experiencia de más de una década en el terreno, con decenas de desmovilizaciones y un despliegue territorial amplio, que nos ha permitido trabajar con las comunidades y en los territorios más afectados por el conflicto: los actores nos conocen y confían en nuestro personal.

Las negociaciones del Gobierno y las Farc van a impactar en las políticas actuales de paz que ya implementa Colombia, y seguramente se fortalecerán. En ese proceso, la Misión de la OEA seguirá trabajando en la justicia para las víctimas, la verdad y memoria, la reparación integral, la reintegración de excombatiente a la vida civil, las afectaciones de la comunidad por la violencia posacuerdos, y el de todas las políticas nacionales, regionales y locales para la paz territorial.

Al mismo tiempo, el escenario tanto posacuerdo Gobierno-Farc como los de negociación con el Eln abrirán enormes desafíos en torno a la implementación de la paz, con nuevas institucionalidades, políticas públicas y acciones conexas. Para cada uno de estos temas –implementación de acuerdos, desafíos de la conflictividad socioambiental y amenazas del proceso, entre otros–, la OEA tiene un mandato firmado con el Gobierno colombiano que opera como la guía de nuestra acción en el terreno.

SERGIO GÓMEZ MASERI Corresponsal de EL TIEMPO Washington.


 
Información tomada de "Entorno Inteligente"

http://entornointeligente.com/articulo/7583106/Colombia-merece-vivir-en-un-ambiente-de-paz-21122015

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